A
veces creo
que te gustaba cuando te llamaba diciendo que te extrañaba, que volvieras conmigo, que tenía días sin dormir… Siento que te gustaba la satisfacción de saber que yo aún era tuya, aún sabiendo que tú ya no eras mío, habiendo besado otros labios y tocado otro cuerpo.
Te gustaba saber que si un día ya no tenías a nadie, yo seguiría ahí.
Pero ya no.