Y amaba la forma en la que se reía,
en la que todo le daba igual, pero a la vez cada pequeño detalle le importaba mucho, amaba como se erizaba cuando le besaba el cuello, amaba sus espontáneos “te amo” y sus arranques de amor inesperados, pero sobre todo amaba
la forma en la que convertía cosas simples en mi,
en algo tan único y especial.